"La democratización del conocimiento por la letra impresa dio pie a la Ilustración. Ahora la interconexión en banda ancha está fomentando procesos descentralizados que infunden nuevo vigor a la democracia."
(Al Gore)
Si hay un escenario que nos motive y nos permita pensar en el ideal social de la democratización del conocimiento, es este. El del Movimiento Abierto. El de los REA (Recursos Educativos Abiertos), los MOOC (Massive Open Online courses) y OCW (Open Course Ware). Todas ellas, iniciativas apuntando a la apertura de contenidos al mundo, a su acceso libre y gratuito, a la posibilidad UNIVERSAL de recibir educación de alta calidad.
Tan romántico como suena, el poder "igualador" de estas propuestas educativas (ofreciéndonos la misma oportunidad de acceso, sin importar el contexto) es un puente, es la punta de un iceberg que está en nosotros terminar de descubrir (o construir). Ya que, al mismo tiempo, sería muy naive pensar que dicha accesibilidad implica por sí sola generar aprendizajes significativos. No necesariamente.
Desde nuestro rol pedagógico, resulta esencial entonces formar sujetos multi-alfabetizados, con competencias tales como las de crear y administrar comunidades, curar contenidos, administrar responsablemente las propias huellas digitales o identidad. Que sean capaces de adaptar, "remixar", "customizar" y compartir lo que está a su alcance para otorgarle sentido, un valor agregado.
Esto, además, nos presenta el desafío de actualización permanente, de revisión por pares, de mejora de recursos constante, de búsqueda de consensos, en definitiva, de apertura y conexión.
La posibilidad se hace cada vez más real. Está en nuestras manos.
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